martes, 24 de septiembre de 2019

18 cosillas que aprendí leyendo a Sōseki con 'Soy un gato'. Y una brevísima reseña de éste.

Utagawa Kuniyoshi

A pesar de que mucha gente se pone un poco prejuiciosa con un libro que está 'narrado' por un gato, yo me aventé a leerlo, siendo éste mi primer libro japonés japonés -no cuenta Lafcadio Hearn, ya que él es irlandojaponés-. Y no me decepcionó en lo absoluto. El narrador es un gato, sí, pero en realidad no se vuelve el texto 'gatuno' en ninguna parte. Bueno, cabe decir que en una parte sí, cuando el gato sin nombre decide atrapar un ratón. Pero, honestamente, el resto del libro olvidé que el narrador era un gato. El narrador parecía más bien el dueño del gato, o cualquier otro narrador humano. En realidad, los personajes principales son el dueño y sus amigos, todos tontos, todos ñoños e inútiles.
No en realidad una historia a destacar, mas el simple día a día del maestro Kushami, sus riñas con la esposa y sus hijas, y sus pláticas nerd y apasionadas con sus extravagantes amigos. Mientras tanto, nuestro bello gato se entera de chismes de la colonia, va de un lado para otro, lamentándose de no tener otra forma de comunicarse mas que por inútiles maullidos que nadie comprende.
Un libro precioso, en mi opinión.

Entre las cosas que aprendí o repasé leyendo Soy un Gato.
Todo lo he tomado de las notas del libro, básicamente haciendo una recopilación de los temas tratados en la obra de Sōseki.
Hubo muchas palabrillas no tan prácticas, a menos que vivas en Japón –o que estés contándole a alguien de tus ensoñaciones niponas-, como lo sería el tatami, el haori, el mochi, las teteras Ryubundo, entre otras chuches del estilo.
Temas de más interés, en los que he andado sumergiéndome poco a poco, y que se les hace mención en el libro, serían definiciones y nombres de temas culturales, como los siguientes que enlistaré.

  1. Myōyō y Hototogisu revistas literarias japonesas, siendo Hototogisu donde Sōseki publica, como relato corto, Soy un gato, en el año 1905.
  2. Los haikus, de los que ya había escuchado con anterioridad pero no había indagado en qué consistían. Básicamente son poemas breves de tres versos de cinco, siete y cinco sílabas.
  3. El . Éste es un género teatral japonés, originario del siglo XIV. Las piezas son, en su mayoría, de temática histórica, presentaciones de una jornada de duración, siendo cinco obras entre las que se intercalan breves piezas de humor. La música es esencial para el desarrollo de esta clase de obras. Finalmente, otra característica destacable de este género teatral es el hecho que no hay actrices, el escenario ocupado sólo por hombres, éstos interpretando personajes de ambos sexos, con máscaras.
  4. Yoneyama Hosaburo, el Hombre Santo y Natural, llamado Tennen Koji en el libro, fue el mejor amigo de Sōseki, hasta su muerte en 1905. Ambos compartieron su pasión por budismo Zen.
  5. Teatro jōruri. Este género teatral se lleva al escenario con marionetas, antecedente del kabuki.
  6. Chikamatsu Monzaemon. Gran dramaturgo japonés, especializado en el jōruri.
  7. Sakuratsubauraminosamezaya. En el teatro jōruri, donde un actor oculto la hace de narrador mientras se acompaña con una guitarra de tres cuerdas, llamada shamisen. Esta obra se trata sobre los celos. Sōseki hace mención del personaje Unadigani en el libro.
  8. El demonio dorado de Kōyō Ozaki. El demonio dorado es la novela más leída en los últimos años de la era Meiji, a pesar de ser una obra inacabada. Su creador era el único hijo del grabador Kokusai. Su novela tuvo tanto éxito que se hicieron obras de teatro, películas y canciones de ésta.
  9. Manyoshu es una recopilación de poesía japonesa, la más antigua conocida. Ésta fue recopilada en el periodo Nara, en el 759 a.C.
  10. Mokuan Reien. Monje budista Zen del siglo XIII, uno de los primeros artistas en practicar la técnica de escritura china monocromática.
  11. Shoichi Kitensai. Uno de los más importantes magos en los últimos años del Meiji, introductor de la magia occidental en Japón.
  12. Kobo Daishi. Santo budista del siglo VIII, fundador de una de las escuelas principales del budismo japonés, así como la más importante entre las tántricas o esotéricas, fuera de India y de Tíbet, la secta shingon.
  13. Jutaro Iwami. Legendario guerrero japonés del siglo XVI.
  14. Bin Ueda. Graduado de la Universidad Imperial de Tokio, fue un escritor japonés, teórico de la poesía tradicional. Diversos libros occidentales fueron traducidos por él.
  15. Kyoshi Takahama. Editor de Hototogisu, fue un poeta japonés de finales de la Era Meiji. Discípulo del gran maestro del haiku japonés, Shiki Masaoka, al igual que Soseki.
  16. Izumi Kyōka. Novelista , cuentista y autor de obras kabuki japonés.
  17. Kyokutei Bakin. Novelista del período Edo tardío. Su obra más famosa fue Nansō Satomi Hakkenden, una saga épica de 106 volúmenes, contándonos la historia de ocho samuráis., mezclándolo con reflexiones filosóficas de corte confucianista. Fue publicada entre 1814 y 1842.
  18. Ono no Komachi. Famosa poetisa del período Heian, del género Waka. También se le considera un modelo de belleza femenina en Japón.

Mi edición de Soy un Gato o Wagahai wa neko de aru, es la bellaedición de Impedimenta, la cual me fue un poco costosa pero valió -cada céntimo- la pena.

domingo, 18 de agosto de 2019

Sobre 'La rana violinista', mi primer obra de teatro infantil.


Un día de marzo, de este año, me llegó un mensaje de la directora del Festival de Música de Cámara de San Miguel de Allende, diciéndome que si quería escribir una obra de teatro para niños. Claro que sí, le respondí. Y los siguientes meses me vi inmersa en un tira y afloje de múltiples cosas, inmersa en las teclas de mi computadora y en el programa Word. Pero todo ha dado buenos frutos, mucho mejor de lo que inicialmente me esperaba. Y no les voy a engañar. El tener dieciocho años y escribir una obra de teatro, aunque sea infantil, ha sido de los mayores retos hasta ahora en mi breve vida.


El caso es que, el domingo pasado fue la primera presentación, en el teatro Ángela Peralta, de mi obra infantil La rana violinista.
La idea originalmente comenzó a partir de varias cosas, obviamente arrancando a partir de mis personajes ilustrados para el cartel del festival, ya que eso me lo pidieron como requisito. Primeramente,  del famoso y controversial chisme de Paganini, quien supuestamente le vendió el alma al diablo. Segundo, del Diccionario del diablo de Collin de Plancy, diccionario de demonología al que le tengo un gran fanatismo. Tercero, a Fausto de Goethe. Cuarto, al mundillo colorido de Ul de Rico con sus Rainbow Goblins, instrumentalizado recientemente por mis amados Primus. Quinto, por mi admiración a la música de cámara, por mi pasatiempo echado a un lado de tocar violín cuando era pequeña.



La obra fue finalmente dirigida por Christian Baumganter, a quien le agradezco un montonal por llevar a vida, de una manera tan bonita, mi texto. Mis borradores fueron adaptados y editados por Mónica Hoth, ayudándome a hilar el texto quitando huecos, a desechar borradores e ideas extrañas y divagaciones. Finalmente, con la ayuda de ellos dos, del Festival de Música de Cámara, y del municipio, pudo surgir lo que sería mi debut en el teatro infantil.
No sabía bien mis límites. No sabía si ponerles a los niños a una clase de Barney bañado en purpurina o a un demonio de Salomón corriendo por el escenario. Por fortuna, Mónica me dio la pauta que podría ser más un demonio que un dinosaurio meloso. Tanto así, que terminó siendo un final tipo Mathew Lewis, menos cínico, más para nenes. Si es que si quiera es para nenes esto tan extraño.
También estuvo bajo mis manos el diseño de vestuario, dándome la libertad de vestir a mi apetencia a mis personajes antropomorfos, los muy carnavalescos.


Pero, y, ¿de qué va la obra?
En un resumen, trata de un hombre rana llamado Nicolás, en alusión a Paganini, que desea ganar un concurso de desempeño musical. Debido a ser un holgazán muy terco, Nicolás pierde el tiempo yendo de acá para allá, distrayendo a los demás concursantes. Cuando Nicolás cae en cuenta de que le quedan pocos días para ofrecer una buena presentación y ensayar, decide invocar al diablo, pidiéndole ayuda para ganar el concurso.
Otros comentarios que quisiera hacer son los siguientes.
Algo que iba a ser una sorpresa para mí era la elección y diseño escenográfico. Y vaya maravilla. Resulta que hicieron un carrito donde se escondían y cambiaban los actores, éste decorado por máscaras similares a las que los actores traían, esferitas con luces, un diseño similar al de mi cartel, sólo que con un toque de deterioro y 'theater' escrito en sirílico, dándole ese aire ruso que tanto me fascina.
Válgame la máscara del león. Les quedó fabulosa.
La obra ha hecho aparición en varios periódicos y revistitas locales, además del hecho que mi cartel está pegado por varios rincones de San Miguel de Allende, igualmente apareciendo en varios medios impresos.
El caso es que aquí estoy. He terminado la prepa, lo cual me da más tiempo para escribir aquí. Y he escrito ésta obra de teatro.
Qué extraño. Qué extraño es ver a mis personajes en el papel, bidimensional, para luego volverlos a ver caminando a mi lado, hablándome, llevados a vida por un grupo de lindos actores.
Sí, qué extraño.
Bueno, aquí os dejo algunas imagencillas de esta primera presentación de mi rana Nicolás y sus tonterías.
Gracias, muchas gracias.









miércoles, 10 de abril de 2019

Un grupo de pinturas e ilustraciones de mis artistas preferidos para decorar unos poemas que he escrito.

William Blake

Me decidí el compartir algunos "poemas" que he escrito a lo largo de mi adolescencia; unos cuando tenía 14, otros de estos últimos meses. Son extrañísimos. Ya sabéis, prosa libre y a lo tonto. Pero les tengo mucho cariño. Aquí van.


John William Waterhouse (1849 - 1917)

"Lunas y pájaros" 
Qué quisiese yo,
que los venados creciesen ramas
en lugar de cuernos.
Qué quisiesen ellos,
que la gente no estuviese hecha de dolor,
de soberbia y desagradecimiento.
Y que yo me dejase de preocupar,
si aquella polilla tiene ceguera,
o si aquel minotauro tiene un cuerno
atravesado en el vientre,
pues tengo la cordura hasta el inframundo,
y la cabeza sostenida entre las manos.


Andrej Dugin (1955) & Olga Dugina (1964)

"Belcebú" 
Si el ente de patas de cabra,
torso y rostro de hombre
os tienta, os ciega,
flechazos, pinchazos y mil y un
trompicones, tropezones,
 en la escamosa cola de quien posee alas,
monstruo vengador, ser descorazonado,
ente escupe fuego, martillea debajo de una suerte
de Niflheim,
a aquellos pies caerán,
condenados por los pecados cometidos
por el espíritu interno.


Alphonse Mucha (1860 - 1939)

"Las estrellas"
Acude a mi alma cada día,
una dulce sensación de lóbrega agonía,
que me estremece, que me arrebata
penosa risa la mía.
Sostiene, alto, una linterna,
proyecta la sombra que me perdona,
 pisoteadas a mí misma.
Destroza el órgano que me ofrece
iluminación bella, grandeza de los dioses,
que puedo escasear de ojos, de reflejos,
 desdichado lamparero, no oses
alejar el fuego que fugazmente me detiene,
una amarga sensación de sofocante carencia,
ruego a los cielos no me extravíen 
sus cenizas.


Gustave Doré (1832 - 1883)

"La ideología del paraíso"
Vendados nuestros sentidos,
siguiendo a un pastor tan ciego,
la merienda de nuestro día a muerte,
rodeada de ratas sin patas y moscas sin alas.
Nuestro tiempo llegará,
el juzgado de Dios decidirá,
sí el abstener nuestros delirios
nos llevará a los ríos sagrados.
Y no rezarán por nosotros.


Eleanor Fortescue Brickdale (1872 - 1945)

"La farsa del pensamiento" 
El invierno se asoma, se estremece,
languidezco, me sonrojo y quejo,
ausente por minutos, horas o días me sorprendo,
nadie adolece la sombra que proyecto 
en la tristeza, un colorido reflejo.
Porqué deambulo de noche, contra el viento,
encontrándose el fuego tan lejos de mi rostro
tan cerca de los astros,
y acaso sumergirme en la nieve
los hongos de mi garganta arrancará
el destino del loco
es salir y marchitarse.


Jerónimo Bosco o "el Bosco" (c. 1450 - 1516)

"Un mendrugo de pan"
Se sostienen, firmemente, los unos a los otros,
sus pies, bajo el lodo, bailan, danzan,
sus manos aprietan el hombro de quien 
se encuentra más cerca,
y se caen, lastiman sus miembros gangrenosos,
éstos se desprenden, y vuestros ojos avisores
sorprenden a los desdichados mutilados.
Disfrutad, todos vosotros, observando a quienes
ya no se sostienen a falta de cuerpo,
a falta de fe, a falta de vida,
comed toda la despensa, comed el cuerpo 
de vuestro salvador
todos vosotros terminaréis llenos de fuego,
vuestros pies sumergidos 
en aquella lechosa tierra
donde danzan todos los demás,
aquellos que envidiaban,
 a quienes veían sonrientes.


Max Ernst (1891- 1976)

"El vuelo de la inocencia"
Te resguardaré entre los pétalos de mi flor,
puertas y ventanas abiertas,
rayos de sol tocando tu tez,
en aquel cuarto cándido,
conejos vuelan, peces lloran,
 gotas de sangre marchita
de vez en cuando,
mientras tú observas
aquel cuchillo
acabando con mi vida.


J. J. Grandville o Jean Gérard (1803 - 1847)

"Los espléndidos"
Nos dejaron retraídos, patéticos
con la antipatía que masticamos cada día.
La carencia de misericordia,
el iconoclasta en nuestras tierras fértiles,
pequemos mientras cavamos una tumba.
Y así como dejamos que el puño de Dios amenace,
dejemos que la lágrima de Dios nos acabe.
Y nos llenará de esplendor.

domingo, 10 de marzo de 2019

Mis criaturas antropomorfas son la imagen del Festival de Música de Cámara, San Miguel de Allende, de este año.


Pues resulta que estaban haciendo un concursillo aquí en San Miguel, Guanajuato, y he ganado. Vaya cosas. Pues mis locas alucinaciones, tipo collage sacado de J.J. Grandville, ilustrarán el Festival de Música de Cámara en San Miguelito de Allende, como ya os he contado en el título de esta entrada.
Tío, que me había planteado hace relativamente poco el dedicarme de lleno al cartelismo y aquí me tienen, de 18 años y así.
Pensar que el cartel lo hice escuchando puro heavy metal psicodélico en vez de música de cámara.
Vaya vida loca loca.

martes, 5 de febrero de 2019

Mis 12 lecturas preferidas de 2018.

Andrey Remnev

12. El queso y los Gusanos de  Carlo Ginzburg (Editorial Océano de México)
11. Las tumbas de Saint-Denis de Alejandro Dumas (Valdemar)
10. Manuscrito encontrado en Zaragoza de Jan Potocki (Valdemar)
9. El gran dios Pan de Arthur Machen (Valdemar)
8. Los elixires del diablo de E.T.A. Hoffmann (Olañeta Editor)
7. Frankenstein de Mary Shelley (Cátedra)
6. Los hermanos Karamázov de Fiódor Dostoievski (Debolsillo)
5. Melmoth el Errabundo de Charles R. Maturin (Valdemar)
4. Pan de Knut Hamsun (Aguilar)
3. Pálido Fuego de Vladimir Nabokov (Anagrama)
2. El monje de Matthew G. Lewis (Valdemar)
1. El Maestro y Margarita de Mijáil Bulgákov (Editorial Alianza)



Es gracioso. Hasta ahora, los "peores" años de mi corta vida han sido el 2016 y el 2017. Años terribles, tontamente horribles. 
Como siempre, gracias a los visualizadores de mi pequeño y triste blog. Y una disculpa con respecto a la inactividad presente en mi blog. La vida se cruza en tu camino, te complica las cosas. Comparo mis 44 posts del año pasado, posts que además cuentan con un gran trabajo detrás, con mis 23 posts de este año. Casi la mitad. Y casi todos reseñas literarias. ¿Qué me ha pasado?
No puedo prometeros que este año me tendrán más aquí, me tendré más aquí, pero me esforzaré en encontrarle un huequito en mi tiempo a Lunas y Nínfulas. Gracias, 2018, un mes y cinco días después.

viernes, 1 de febrero de 2019

18.


Me habían dicho que crecer era algo mórbido, indeseable, desdeñoso. Yo, torpe de mí, creía lo que cualquier cordero sin criterio me repetía, a forma de teléfono descompuesto.
Qué feliz es ser feliz. Qué alegre el estar alegre de mi presente. ¿Porqué no pudo haber sido antes como lo es ahora? Vendrán tormentas nuevas a mi vida, sean pequeñas, sean enormes.
Sólo espero no me derrumben.
Perdón por ya no escribir tanto. Me siento una desastrosa, pero es que estoy demasiado ocupada, demasiado enfocada en mi profesión. Apenas y esté más establecida con mis nuevos proyectos, con mi nueva vida, aquí me tendréis de nuevo.
Feliz de ya no exigirme ser una nínfula.
18, Sierva María, ya no necesito me recuerdes la edad que tengo. La he recordado. 18. Ya está.