Henry Ware Cattell
Esta mitad que llevamos del año ha sido para mí de lo más curiosa. Mucha gente ha aparecido y mucha otra desaparecido. Mi cabello ya no es tan pelirrojo, no me he pintado las raíces. He decidido ser historiadora y tal. Tengo que estudiar bastante para el bachiller, lo cual me agrada, me agrada tener cosas que hacer. No he sido tan mediocre y sí he leído bastante. Oh, milagro.
Mucha música Iomminiana (quién sería yo sin mis riffs), mucho art nouveau kitsch, mucho fanatismo por la obra de Eco y Welsh, muchas ganas de leer a los Beats, muchas películas malas, muchas náuseas y dolores de cabeza sin razón alguna, mucho vagabundear por el pueblo, mucho café, muchos basiliscos y gallos, muchos 'bocetitos' mediocres hechos por mí y muchamucha azúcar en Ninfulolandia (no me quejo por esto último, lo opuesto).
Antes de comenzar con este post, quiero decidles que este blog es lo mejor del mundo para mí. Como un diario personal, un pequeño proyecto y tal. La motivación para redactar posts también ha formado parte de esta mitad año... Pues, ahora sí, al post.
Los librillos estarán ordenados por como los leí cronológicamente.
1. El Hombre Duplicado de José Saramago (Porrua). Inicio de año. Y vaya qué inicio. Saramago fue quien me hizo retomar la lectura hace unos tres años con "Ensayo sobre la Ceguera". Este es el segundo libro que leo de él. Quería leer una novela con el tópico del doppelgänger. Soy una necia. La obra de Saramago es complicada de leer: son inexistentes los signos de puntuación más allá de la coma y punto. Y luego le agregamos que en este libro hay dos personas iguales físicamente. Completo destroce mental. Pero se goza. Una maravilla.
2. Cartero de Charles Bukowski (Anagrama). Les seré honesta. Este libro me decepcionó un poquitín. Pero tengamos en cuenta que es de los pininos de Bukowski. Como siempre en las obras de Kowski, este libro está lleno de humor. Lo compré en una pequeña feria del libro que hubo en mi pueblo. Llevaba el dinero exacto para comprarlo, ni un peso más, ni uno menos. Como ya he dicho, no me convencía mucho, pero el final me dejó feliz y satisfecha.
3. Crónicas Marcianas de Ray Bradbury (Booket). Si alguien me pidiese una recomendación de un libro magnífico y único, diría que éste. Éste, éste, éste. Es la hostia de hostias. Había leído Fahrenheit 451 de mi querido Bradbury y me gustó, pero ahí se quedó, en "me gustó". Este es uno de los mejores libros donde he posado mis ojos. Página tras página, me daba una sensación de soledad, sentía un frío inmenso. Como si me fuesen a atrapar y a matar. ¿Quiénes? Ellos, los hombres negros, los hombres gato, los hombres de marte. Nunca había sentido tantas sensaciones al leer un libro. Una soledad surrealista. Os lo recomiendo, definitivamente. Increíble.
4. La tabla de Flandes de Arturo Pérez-Reverte (Alfaguara). No recuerdo mucho de este libro. Se borró casi completamente de mi memoria, y no porque no me haya gustado, porque sí me gustó. Pero para mí no es un libro trascendental. Está divertido, muy divertido. La historia es un poco pedante, incluso puede llegar a poner de mal humor al lector. Pero Pérez-Reverte logra engancharte con la trama. Es una buena lectura para pasar el rato. O como yo, para salir a tomar el café con tu papá.
5. Opus Nigrum de Marguerite Yourcenar (Alfaguara). Después de la maravilla de maravillas que es El Péndulo de Foucault de mi amor Umberto Eco, esta es la novela más "pesada" que he leído. Yourcenar es una genio, no hay más. Zenón es un personaje tan profundo, tan hermético e inigualable, que me recuerda un poco al enigma mental que sería Humbert Humbert o Jean-Baptiste Grenouille. Zenón es un médico y alquimista del siglo XVI, ateo. Un eterno vagabundo, pero en cierta manera, un vagabundo que cuenta con un destino. Esta novela es sólo la historia ficticia de este médico nómada, pero Yourcenar sitúa perfectamente al lector en la época donde acontece la Reforma Protestante, la transición de la Edad Media al Renacimiento. Como futura historiadora, Zenón y los demás personajes que le acompañan en su travesía de vida, forman para de mi corazón (por más cursi que suene). Obscurum per obscurius, innotum per ignotius.
6. El extraño caso de Dr. Jekyll y Mr. Hyde de Robert Louis Stevenson (Libros del Zorro Rojo). Aparte de la Feria del Libro donde compré Cartero de Kowski (la cual fue una pequeña feria de fin de semana), donde conseguí este libro fue en una feria más grande y especial. Había varias editoriales extranjeras, libros antiguos y demás. Soy seguidora y compradora compulsiva de la editorial Libros del Zorro Rojo. He comprado otros varios libros anteriormente (que no he leído, ostras), entre ellos unos ilustrados por el genio de Santiago Caruso. Esta edición de Dr. Jekyll y Mr. Hyde está bellamente ilustrada con unas acuarelas por Mauro Cascioli. Este cuento es la hostia (ven y pégame Nabokov). Más doppelgängers, por supuesto.
7. Tráeme tu amor y otros relatos de Charles Bukowski (Libros del Zorro Rojo). Bukowski no deja de enamorarme. El cuento "Bop, Bop, contra aquel telón" me hizo pasar un rato flipante. Lo compré junto a El extraño caso de Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Las ilustraciones de Crumb me recuerdan a alguna portada de Mad o similares, ¿habrá hecho alguna ilustración Robert Crumb para Mad? No lo sé. Debería investigar. La sátira y humor de Bukowski son de mis preferidos. Una buena medicina para cuando se esté triste.
8. El Nombre de la Rosa de Umberto Eco (Editorial Lumen). Ay, mi amado Guillermo de Baskerville, ¿qué hemos hecho nosotros los viles mortales para merecerte? Todo, absolutamente todo sobre este libro es magnífico. Jorge de Burgos es el personaje más enigmático jamás inventado (por lo que es obvio, ¿no, Borges?) Hace unos dos años me decidí a leer este libro. No entendía nada. Leí treinta páginas y me rendí, já. Y este año realmente me impuse a leerlo. Le entendí perfectamente. No sé si es porque estoy mejor situada en todo esto de la historia y tal, o qué (o simplemente que hace dos años era sólo una niñata). Pero me enamoré de esta novela. Los personajes son maravillosísimos. Dios mío. Una novela situada en la Italia de 1327, donde ocurren asesinatos entre los monjes de una abadía, hay una biblioteca prohibida,
hay gatos como basiliscos y donde llegan Adso de Melk y Guillermo de Baskerville a hacerla de detectives. Todo ocurre en tan sólo siete días. Grandes partes de la novela están centradas en largas reflexiones sobre la religión y su tesis, sobre su historia y filosofía. Eco originalmente quería nombrar a la novela
Adso de Melk, así, sencillísimo. La idea me fascinó, lástima que no le nombró así. Oh, mi queridísimo Adso. ¿Se puede llegar a enfermar de fanatismo por una novela, por unos personajes? Porque totalmente me sucedería con esta y con Trainspotting. Me volveré loca explicando cuanto amé esta novela, es demasiado. Me hará daño. Vale, pues, leedla y me lo agradecerán.
9. El Jugador de Fiódor Dostoievsky (Colección Salvat). Éste es el primer libro que leo de Dostoievsky. Realmente tengo ganas de leer "Crimen y Castigo" y "El Doble" (ya me conocéis, doppelgängers y tal). Y ni se diga cuánto me gustó este libro. Pueden leer una cita del libro publicada en este blog
aquí. Alexéi es un personaje increíble, un personaje a la semejanza del autor. Es una novela semi autobiográfica, donde Dostoievski habla de su adicción al juego a través de Alexéi. Además, se dice que esta novela se la dictó Dostoievski a Anna
Grigórievna Snítkina, terminándola en veintiséis días, justo cuando en otros horarios, él comenzaba a dictarle a Anna Crimen y Castigo. Las aventurillas de una familia rusa en Alemania, básicamente eso es. Adoré a Dostoievski, adoré a Alexéi.
10. La campana de cristal de Sylvia Plath (Edhasa). Una lástima de traducción. Errores de ortografía por doquier (culpad a la traductora, si vais a hacer una traducción al menos hacedla bien, no sé, yo digo, eh). No tengo mucho que decir, siquiera recuerdo el contexto de mi vida mientras leía esta novela. Admiro a Plath, sus poemas son la hostia, pero... esta novela simplemente me hizo sentir una tremenda pérdida de tiempo. Lo que me agradó fue que realmente me hizo sentir triste mientras la leía, por la historia. La historia es triste, increíblemente triste. Un poco desesperante. Pobre Plath, como le quiero. Conseguiré la novela en su idioma original, que reverenda blasfemia hicieron con la jodida traducción. Ayyy.
11. La dama y el unicornio de Tracy Chevalier (Alfaguara). No me había convencido la redacción (o traducción, en este caso) de Chevalier con "La dama del arete de perla". No sé. Pienso darle una segunda oportunidad a ese libro ya que este me gustó bastante, -y aparte, "La dama del Arete de Perla" trata sobre Vermeer y la Mona Lisa holandesa, sí sí sí, eso me flipa-. La dama y el unicornio trata, en cambio, sobre -como dice su nombre- de los siete tapices de "La Dama y el Unicornio" y como los llevaron a cabo. Hay una nínfula en la novela: Claude Le Viste, la cual se fascina con Nicolas, un pintor de edad más grande.
«Cuando tuve la seguridad de que Nicolas venía a casa, supe también que tenía que verlo. C'est mon seul désir. ¡Ah! Ése es mi hombre. He pensado en él a todas horas de todos los días desde que lo conocí. Como es lógico no le he dicho nada a nadie, a excepción de Béatrice, quien, para mi sorpresa, no se ha mostrado muy amable con él. Es la única falta que le encuentro. Estaba describiendo sus ojos: cómo son tan marrones como castañas y tienen patas de gallo, de manera que parece un poco triste incluso cuando claramente no lo está.»
Me gustan los tapices de La Dama y el Unicornio. Me gustan las novelas históricas. Me gusta Nicolas des Innocents.
12. De noche, bajo el puente de piedra de Leo Perutz (Océano). Magia. Magiamagiamagiamagia. Judíos. El barrio judío de República Checa. Mi amado Rodolfo II y su trágica desgracia. El magnífiquísimo Rabino Loew también hace aparición. Mordejai Meisl, sólo de pensar en el me dan escalofríos. Él, Mordejai, fue un mago en la vida real, os lo juro. Mi mamá me decía "lee este libro, te enamorarás", pero yo no quería. Insistió e insistió (me alegra que lo haya hecho) y terminé por agarrarlo del estante de "favoritos" que tiene mi mamá en la sala. Una joya perdida, desconocida. Una pequeña fiesta de té con Rodolfo II, el Rabino Loew, Meisl, Johannes Kepler, Philipp Lang, Koppel-Bär y Jäckele-Narr. Click
aquí para un fragmento graciosillo que publiqué.
Él, él se llamaba Mordejai Meisl, y nadie supo a dónde se dirigió con el tálero que robó Rodolfo II, ni si lo convirtió en dos táleros aquel día que lo adquirió.
13. La Despedida de Milan Kundera (TusQuets) Embarazos. Niños. Sexo. Músicos. Más sexo. Muchos críos. Me repugnan los críos. No quiero traer un crío al mundo y este libro describe perfectamente el porqué. No quiero que se desespere como yo me desesperé cuando era una niñata (aún lo soy, pero me refiero más niñata aún) con unos padres freaks y marginados. ¿Porqué mi mamá sólo se dedica a los libros y a la aburrida historia y no va a fiestas? ¿Porqué mi papá se dedica a la mecánica y a las mates y no sale con amigos? ¿Porqué no tienen amigos? Y otros pensamientos de cuando era niña. Eh, pero ahora soy como ellos. Moríos todos, menos mis pás. Kundera se cuestiona: ¿Porqué las mujeres bonitas son pudorosas y las gordas feas son exhibicionistas? ¿Porqué los hombres engañan a pesar de estar enamorados de su pareja? ¿Porqué hay mujeres que les urge reproducirse? ¿Porqué hay mujeres que van de "yo puedo ser madre y padre" y traen a unos niñatos bastardos sin considerar que están siendo jodidamente egoístas? Si les gusta leer y analizar la mentalidad humana y las estupideces que se cometen, les recomiendo este libro, sísísí.
14. El sueño de Venecia de Paloma Días-Mas (Anagrama). Si en un futuro me veis como desquiciada de un lado a otro por Madrid, fascinada ante su historia, su arquitectura y arte, parte es por este libro. Días-Mas logra proyectar esa interrogante que, al menos yo, como artista me cuestiono a menudo: las obras que tanto nos fascinan, que tantos significados le adjudicamos, ¿serán acertados o realmente lo que quiso decir su autor no tiene nada que ver con las conclusiones actuales? Imaginaos el "Jardín de las Delicias" del Bosco, ¿todo según representa el cuadro será lo que Bosco realmente quería proyectar o nada más estaba teniendo una borrachera ergotónica? Váyase a saber. Esta novela cuenta la historia a través de los años de una pintura de dos amantes: Una cortesana de veintitantos años, y un chiquillo de 15, pintada por un esclavo liberto negro. Al pasar los años, de familia en familia, al final, se desvirtúa quién pintó la pintura y quienes son los modelos de ella. La conclusión de esta novela fue perfecta.
15. Trainspotting de Irvine Welsh (Anagrama). Vi la película Trainspotting antaño; recuerdo que no me había gustado mucho. Pero tenía ese mosquito que me decía "pero ¡el libro será diferente, el libro será diferente!" Bien... entre el libro y el filme hay muy pocas diferencias, así que lo que me decía a mí misma resultó no ser. Eh, eh, aguardad un momento, no estoy dando una conclusión. Este libro es lo mejor que he leído. Joder, los personajes. Fantásticos. Cuando leí este libro estaba pasando por una etapa emocional donde me encontraba siempre triste o cuestionando todo a mi alrededor. Este libro fue la mejor compañía. Spud fue la mejor compañía. Renton fue la mejor compañía. Demonios, incluso el matón de Begbie y el proxeneta de Simon fueron la mejor compañía. Gracias chicos, gracias Irvine. Volví a ver el filme de Danny Boyle después de leer la novela, con una nueva percepción y meencantameencantameencantameencanta. Me he vuelto una fanática del mundo de Welsh, ostras.
16. Lolita de Vladimir Nabokov (Anagrama). La segunda vez que la leo. Mi propósito de esta re-lectura era analizar a Humbert para poder llevar acabo
mi post sobre el doppelgänger en Lolita. Misión terminada; resultó más difícil de lo que pensé. Ah, pero cómo disfruté los días que me tomó redactar ese post. Me fascinan los libros psicológicos, los libros que analizan la mentalidad humana. Eh, pero si queréis leer más sobre mi opinión de Lolita y demás, pueden entrar al gigante post que hice del libro, ¿saben?
17. El Amante de Marguerite Duras (TusQuets). Como ya he dicho en el
post citando a este libro, necesito mis libros con nínfulas en ellos. Me hacen sentir una Lolita, pero en realidad ya estoy muy vieja para serlo. El chino de Cholen, la madre, el hermano mayor y el hermano menor. Pero qué triste, tío. Ella no le quiere, ¿o sí? Él no le quiere. Y al día siguiente, ya lejos uno del otro, se quieren más que a nadie, más que nunca. El chino de Cholen. No seáis como Marguerite Duras, cuando ella tenía quince y medio.
18. En el Camino de Jack Kerouac (Anagrama). Hice un trabajo para el bachiller sobre los Beats. Era un trabajo a escoger, y bueno, me enteré que Dean Cassady murió aquí en San Miguel de Allende. "Oh, ¿quién es Cassady?" Investigué. Me enteré que formaba parte de los Beats. Me moría por leer a Kerouac. Nunca había leído a Kerouac. Me faltan Ginsberg y Burroughs. Eah, un propósito para el resto del año: leer másmás de los Beats. Este libro fue como viajar por los Estados Unidos. Nunca me ha apetecido ir a USA, así que lo más cercano que estaré de ahí será por leer esta novela. Te quiero Kerouac. Larga vida al Jazz. Larga vida a Moriarty y a Paradise.
Espero el segundo semestre de 2017 esté muy lleno de todo lo que me ha gustado de este primer semestre.
He redactado esto en el Starbucks de mi pueblo -qué estúpidamente esnob que soy-, con mi libro de Porno escrito por Welsh al lado de mi portátil, tomando un poco de café que me dejaron para acompañar una chuche que me compré después de haber terminado mi café (tenía que acompañar la chuche con un poquitín de café, ¿saben?), sintiéndome enferma de náuseas y de gripe y claro, escuchando a Black Sabbath. Y les aseguro que dentro de seis meses estaré redactando sobre los libros que leí el segundo semestre de 2017 de la misma manera y con el mismo ambiente. Verán, ya verán.