martes, 31 de octubre de 2017

Lo más cercano a algo "halloweenesco" que publicaré este año.

Josef Mandl

"Es una calle larga y silenciosa. 
Ando en tinieblas y tropiezo y caigo 
y me levanto y piso con pies ciegos 
las piedras mudas y las hojas secas 
y alguien detrás de mí también las pisa: 
si me detengo, se detiene; 
si corro, corre. Vuelvo el rostro: nadie. 
Todo está oscuro y sin salida, 
y doy vueltas y vueltas en esquinas 
que dan siempre a la calle 
donde nadie me espera ni me sigue, 
donde yo sigo a un hombre que tropieza 
y se levanta y dice al verme: nadie."
Octavio Paz, "La calle"

Casi nunca he leído literatura de terror. ¡Ya me tengo anotados cuentos de Lovecraft, Poe y los típicos clásicos! No me peguéis. El próximo año sí publicaré sobre lecturas que leer en Halloween. Ahora ni sabría que recomendaros, soy una inexperta.

martes, 24 de octubre de 2017

Las crónicas presenciadas por Mickey Forester de unos nefastos chutómanos: una reseña de Trainspotting de Irvine Welsh.

Adriaen Collaert

Había visto la adaptación al cine dirigida por Danny Boyle hace unos añitos. Tenía un kick con las películas trágicas y de finales depresivos, afición formada por Requiem por un sueño (libro de Hubert Selby Jr. y adaptación al cine por Darren Aronofsky), causando que esta película no me gustase mucho (¿final feliz?). Quería muerte y sangre y a una multitud mutilada con jeringas... al parecer.
Pero me había prometido leerme este librito. No sé porqué. La consideraba una lectura de mero morbo y destinada para -solamente- pasar el rato. Recuerdo era el sexto lugar en mi lista de "por-leer" en mi Goodreads, desde que lo abrí en Julio de 2015.
En ésta primera novela de Irvine Welsh se cuenta la vida de numerosos jóvenes y adultos, residentes de Edimburgo, a finales de los años ochenta. Cada uno de estos personajes tiene algún problema de adicción de drogas, necesidad extrema de violencia y/o de sexo, problemas familiares y también problemillas triviales del día a día.
Welsh nos cuenta el no-tan-precioso lado de Edimburgo; el lado de Edimburgo lleno de heroína, extremadamente portador de VIH y violentísimo.
La historia se centra en Mark Renton, un chaval que vive con sus padres y es adicto al caballo. Hace numerosos intentos de dejar de drogarse, más siempre recae y recae. Un chaval crítico, que se cuestiona diversos porqués, un poco misántropo, y consciente de que la vida es una escoria.
Simon Williamson, alias Sick Boy, es un antihéroe proxeneta, machista y abusivo. Su personaje se desarrolla tremendamente en Porno, más en Trainspotting se le presenta como el mejor amigo (vaya mejor amigo) de Renton, de quien abusa y a quien manipula. El centro de atención del grupo gracias a su atractivo físico, Simon es un aprovechado y un interesado en la mas mínima posibilidad de estafar a alguien. Y, lo más guay de la locura de Sick Boy, son sus pensamientos internos, quienes se los imagina discutiéndolos y argumentándolos con Sean Connery. Shí, Shimón es un eshcosésh demente.
Oh, y qué les puedo decir de Francis Begbie. Un personaje fantástico, completamente demente y fuera de sí. Me encantan los personajes psicópatas, pero no todos llegan a ser tan desgraciados como Begbie. Francis causa terror a todos sus "amigos", les somete y les tiene amenazados bajo toda circunstancia. Se mofa de todos sus conocidos adictos a la heroína, ya que el no se droga ni inyecta nada; guía esa apatía que le tiene a la vida hacia la ejecución de violencia y a el alcohol, más no la canaliza a las drogas.

"[...] Con Sick Boy, al menos, es de esperar. Renton y Spud quedan horrorizados al percatarse que Begbie ha ligado. Está de palique con una mujer que tiene cara bastante bonita, piensa Spud; pero un culo gordo, observa Renton con maldad marujil. Algunas mujeres, pondera Renton con maliciosa envidia, se sienten atraídas por los tipos psicopáticos. Generalmente pagan un alto precio por este defecto, llevando vidas horribles. Como ejemplo, cita presuntuosamente a June, la novia de Begbie, que en estos momentos se encuentra en el hospital dando luz al niño."

Spud, Spud, Spud. Mi querido Daniel Murphy. Un pobre chaval que asume el papel de chivo expiatorio en el grupo de Renton, Francis y Sick Boy. Un buen tío, mi narrador preferido, ¿sabes? Una personilla débil y frágil, drogadicto como sus compañeros pero haciendo lo posible por complacer a la gente y sacrificando su felicidad en todo momento. Spud padece un poco el síndrome del impostor, cosa que me hizo sentirme identificada con múltiples pensamientos suyos y reacciones a diversas situaciones.
También se encuentran diversos personajes más, no tan trascendentes, como Tommy Lawrence, Segundo Premio, el genial Mickey Forrester (interpretado por nada más ni nada menos que el propio Welsh en la película), la feminista Kelly y la ninfulilla de catorce años, Dianne Coulston.
Y os quiero contar sobre mi personaje favorito: Dave Mitchell. No, este personaje no sale en la película. Es especial del libro (no por eso me gusta, ¿eh?, no soy tan pedante). Este personaje aparece a mediados de la novela como una historia completamente ajena a Renton y compañía. Su historia es breve, muy breve. Su historia se cuenta en el capítulo Mala Sangre. No redactaré nada sobre su historia, que sea una sorpresita (tal vez una sorpresita desagradable) para el futuro lector.

"Hay alguien más en la habitación conmigo. Es Spud, creo. Es difícil decirlo en la oscuridad.
«Spud...Spud.»
No dice nada.
«De verdad que hace un frío de los cojones, tío.»
Spud si en realidad es él el capullo sigue sin decir nada. Podría estar muerto, pero probablemente no, porque creo que tiene los ojos abiertos. Pero eso no significa una puta mierda."

La novela está narrada con múltiples juegos de palabras y modismos tremendamente escoceses. La voz narrativa varia en cada capítulo: en un capítulo puede narrar Spud, así como en el siguiente narrar Begbie, variando las perspectivas y los acontecimientos que le suceden a cada personaje. Nunca se menciona quien está narrando, pero, dependiendo de los modismos y las expresiones utilizadas, uno como lector se da cuenta qué personaje tiene la voz en ese momento. A veces el narrador es omnisciente, prácticamente siendo el narrador Welsh.
Como ya os mencioné, Trainspotting tiene su secuela llamada Porno (2002), la cual no le es fiel como secuela al libro, sino, como secuela a la película. En Porno hacen aparición diversos personajes de Cola (2001), otra novela del mundo de Welsh. Y luego, en 2012 Irvine escribió una precuela llamada Skagboys, donde se narra la vida de Renton, Sick Boy, Begbie y Spud antes de las adicciones.
Personajes que viven en la miseria por su carencia de ilusiones, poseedores de una visión de la vida como algo aburrido y rutinario, quienes prefieren morir y tener tendencias autodestructivas porque saben que la vida no mejorará para ellos ni para nadie.
Esta novela es un puñetazo al estómago. Pero un puñetazo que se agradece. Es que, tío, este libro se merece que rompa la "seriedad artística" en mi blog y ponga un gif de Begbie. ¡De las mejores lecturas del año, ostras!



Ambas citas sacadas de "Trainspotting" de Irvine Welsh, traducción de Federico Corriente, Editorial Anagrama, edición mexicana en Compactos, 2013.

lunes, 16 de octubre de 2017

Aquél que me asedió, ése era yo mismo: literatura con la manifestación del doble o el doppelgänger

Edward Gorey

Soy malísima haciendo introducciones a los posts de éste blog. Sobretodo cuando se trata de este tipo de tópicos. Primero os quiero contar sobre mi familiarización con el tema del doble. Desde muy pequeña me fascinaba el anime y la cultura japonesa, como he escrito ya en el post de los Kappas; encontré un anime cross-over llamado Tsubasa Reservoir Chronicles. Ese anime fue y seguirá siendo para mí el mejor anime de todos. Tsubasa fue mi primer acercamiento a esta creencia, esta ficción tan interesante del doppelgänger: los protagonistas terminan siendo perseguidos por sus otros yo. Se confunden entre cuál es el real y cuál no; cuál es bueno y cuál es peligroso. Este detalle en este anime fue lo que me cautivó de pequeña. Escribí varios cuentos con dobles, los cuales lamentablemente quemé (no sé si me creía muy Vladimir Nabokov o qué).
Hasta hace pocos años me enteré de este término, el cual prácticamente esperaba que me cayese del cielo, ya que nunca fui en su acecho. Yo simplemente lo denominaba como "clones".
Ahora, después de contar la gilipollez anterior, por fin comenzaré éste post. Haré lo posible porque tenga cierto orden esta publicación, no pecar de divagación y hacer un poco el papel de fuente de información no tan gilipollas. Eh, allá vamos.

«El peor enemigo con quien te puedes topar eres tú mismo; ese que te asecha en lo oscuro de la maleza y en la cueva eres tú mismo»
Friedrich Nietzsche.

El término Doppelgänger parece haber hecho su primera aparición en el Siebenkäs de Jean Paul Richter, en el año 1796. En esta novela, Richter hace un estudio sobre el subconsciente, representando como mayor exponente al fenómeno psicológico de los dobles andantes.
Una novela que quiero destacar, y al hacer mención de ésta, me estaré contradiciendo en posts anteriores, es la de El Extraño caso de Dr. Jekyll y Mr. Hyde. En esta novelita no figura como tal la manifestación del doble: nunca ocurre una duplicación, sino una transformación de personalidad drástica en un mismo cuerpo, nunca los dos cuerpos coexistiendo en el mismo espacio. Aunque, en ciertos aspectos, sí se pueden considerar la existencia de cercanías con el tema del doble andante.
El Extraño caso de Dr. Jekyll y Mr. Hyde se aproximaría más a un caso de trastorno de personalidad.

"El hombre no es realmente uno, sino dos. Digo dos, porque el nivel de mis conocimientos no me permite ir más allá. Otros seguirán, otros me dejarán atrás en esa misma especialidad; y me aventuro a conjeturar que, en última instancia, el hombre será conocido como una mera comunidad de múltiples habitantes, incongruentes e independientes..." 
Robert L. Stevenson, El Extraño caso de Dr. Jekyll y Mr. Hyde

Una aproximación a una definición.
Basándome en diversos estudios y análisis de otros estudiantes y autores sobre el tema del doble (cualquier fuente, ya sabéis, citada al final del post), he podido llegar a clasificar cuatro modos de manifestación del doppelgänger.
La primera es cuando el individuo existe en dos o múltiples mundos alternos, que suelen cruzarse y entrelazarse. Unos ejemplos que podría mencionar serían historias como Un cuento de las montañas escabrosas (1844) de Edgar Allan Poe, El otro (1975) de Borges y La esquina alegre (1908) de Henry James.
La segunda manera de manifestarse es por medio psicológico. El cerebro suele hacer malas jugadas, crear imágenes en espejos, sombras y reflejos. Aquí sale a relucir la dualidad interna de cada individuo, similar al Hyde de Jekyll, sólo que en este tipo de representación vendría a juego la posibilidad de que esta dualidad interna se figure "tangible" en un reflejo que se cree viviente, como serían los "sosias" de Trapp en Lolita (1955) de Vladimir Nabokov. 
La tercera forma de manifestación es cuando dos individuos de identidades completamente distintas coexisten en el mismo espacio tiempo, en una misma dimensión. Un pequeño ejemplo sería El Hombre Duplicado (2002) de José Saramago. Y la cuarta y última forma sería el desdoblamiento con intervención de algún objeto material: un espejo, una fotografía, una estatua, un muñeco o un retrato. El Retrato Oval (1842) de Edgar Allan Poe podría considerarse en esta categoría.
En "El otro es el mismo : la teoría y la historia de la doble" Massimo Fusillo divide al doppelgänger en 18 motivos; entre estos el doble tal cual, el aparente, el travestismo, el cambio de identidad, el doble onírico, el retrato, la máscara, el vestido, el espejo, la sombra, la criatura artificial y la metamorfosis.
Normalmente se vincula la existencia del doble como una señal de mal augurio. No es complicado encontrar ejemplos de la literatura del siglo XIX y XX para demostrar que normalmente los doppelgänger encarnan el lado malvado y siniestro del personaje duplicado. Como es el caso del monje capuchino Medardo y del Conde Victorino en Los elixires del diablo (1815) de E. T. A. Hoffmann, o de los caballeros de las estrellas roja y verde en El Caballero Doble (1840) de Théophile Gautier. 

Novelas, relatos y cuentos donde hace aparición.

Un cuento qué, junto a la obra de Robert Stevenson siempre se menciona en este tópico, es William Willson (1839) de Edgar Allan Poe. Seré honesta, no he leído este cuento. Pero tengo un poquitín de información acerca de él: Trata sobre un señor llamado William Willson, persona poco agraciada y con falta de ética, a quién, cada vez que comete un acto perverso, se le aparece su otro yo.
Dostoievski nos brinda El Doble (1846), donde se  cuenta la terrible experiencia de Goliadkin cuando éste se encuentra con su duplicación. No quiero hacer muchísimo comentario de este libro. Goliadkin es, hasta ahorita, mi personaje favorito de todos los libros que he leído. Vladimir Nabokov, como ya he mencionado en otros posts (perdón por la obsesión con este autor), tiene varias obras donde se presenta el doble como Desesperación (1969),Lolita (1955), La verdadera vida de Sebastian Night (1941) y El Ojo (1930).
En El Golem (1915) de Gustav Meyrink también hace diversas apariciones este fenómeno. Athanasius Pernath se ve a sí mismo múltiples veces. Una y otra vez, una y otra vez el se encuentra enfrente de sí mismo; en una criatura difusa y etérea, en el Fou del Tarot, en momentos donde el tiempo se difumina, se entremezcla y se ve a sí múltiples veces haciendo lo que anteriormente hizo. Se cruzan universos, se cruzan horarios, Athanasius Pernath se duplica múltiples veces.
Borges, por supuesto, tiene cuentos temáticos del doble, como El Otro (1975), Borges y yo (1960), El Sur (1953), entre otros. Marcel Schwob también aporta escritos donde las duplicaciones están presentes: El Hombre Doble, El Tren 081 y en El libro de Monelle (1894), una de las hermanas, "La predestinada", se enfrenta a su reflejo en el espejo, mostrando tremenda aversión a este.
Un cuento donde la "duplicación" es especial, más bien yo le llamaría división, es El Vizconde Demediado (1952) de Italo Calvino. Medardo, un vizconde, es partido en dos por un cañonazo en una batalla. Como es de esperarse, una mitad es buena y la otra mala.
Mencionando diversas obras literarias, en este caso cuando el personaje se ve a sí mismo como un difunto o un cadáver, serían El Estudiante de Salamanca (1840) de José de Espronceda, El capitán Montoya (1840), de José Zorrilla, el Jardín de flores curiosas (1570) de Antonio de Torquemada y El caballero del Olmedo (1620)  de Lope de Vega; duplicaciones donde el individuo contempla su propio cadáver o asiste a su propio funeral.

"Pero de pronto, sin motivo aparente, volvía a presentarse el sujeto conocido por su malevolencia e impulsos bestiales bajo la forma del señor Goliadkin II y, al instante, con sólo su aparición, desbarataba todo el triunfo, toda la gloria del señor Goliadkin I, lo eclipsaba, lo hundía en el fango y mostraba a las claras que el señor Goliadkin I, el auténtico, no era en absoluto auténtico, sino una imitación, y que el auténtico era él."
Fédor Dostoievski, El Doble


Más detallitos y novelas con los dobles.
La perspectiva femenina sobre el tema del doble se puede apreciar en Frankestein (1818) de Mary Shelley y El talentoso Mr. Ripley (1955) de Patricia Highsmith.
Molina Foix y Rebeca Martín recuerdan una anécdota muy interesante tratando de la confusión entre dos personas similares físicamente: en el siglo II a. C. Plauto presentó su historia llamada Anfitrión, donde cuenta que Júpiter, con las intenciones de gozar de la mujer del mortal Anfitrión, toma su aspecto físico, y Mercurio el de su criado, Sosia. "Sosia" se ha incorporado al lenguaje como un definitorio de las réplicas o severos parecidos entre objetos o entre personas.
Para E.T.A. Hoffmann la desintegración de personalidad era un enigma preocupante. Así escribió Los elixires del Diablo (1815)Las aventuras de la noche de San SilvestreLa Princesa Brambilla, El Gato Murr (1820) y El Hombre de Arena (1817). Haré especial mención de la confusión que se figura en la mente de Nathanaël sobre el parecido entre Coppelius y Coppola en El Hombre de Arena.
Una novelita gráfica donde nuestro protagonista se topa con su doble, éste trayéndole mala suerte, es La casa dorada de Samarcanda de Hugo Pratt (1986); podéis ver un pequeño fragmento de la novela gráfica aquí.

De Otto Rank, Meyrink y Heinz Ewers.
Como ya os mencionado arriba, El Golem contiene diversas apariciones del doble. Bien, pues, Meyrink y el cinematógrafo Ewers se compartieron al actor Paul Wegener; para la adaptación cinematográfica de El Golem y el guión escrito por Ewers llamado El estudiante de Praga (1913), donde también se trata el tema del doppelgänger.
“The two men amalgamated Hoffmann’s tales, the Faust myth and Poe’s
doppelganger story ‘William Wilson’ to construct a screenplay about an impoverished
student called Baldwin. Baldwin ruined himself by signing a compact with the sorcerer
Scapinelli, who promises a rich marriage in return for receiving the gift of the
student’s mirror reflection” (1988, Davenport-Hines sobre el personaje de El estudiante de PragaBaldwin).
Otto Rank, fascinado por el filme de Ewers, escribe un ensayo sobre el Doble, donde analiza el porqué y el dónde de la aparición del doble en la literatura. La primera parte de su ensayo cuenta con estos capítulos:

1. El problema del Yo.                              
2. El tema del doble en la literatura.
3. El desdoblamiento de la personalidad.  
4. La sombra, representación del alma.
5. El reflejo, símbolo del narcisismo.
6. La concepción dualista del alma y el culto a los Gemelos.
7. La creencia en la inmortalidad del «yo».

Así como Otto Rank, Sigmund Freud también ha hecho ensayos de los dobles.

Estudios/ensayos sobre el doble para finalizar.
Sobre el doppelgänger podría mencionar muchísimo más (y lo haré en otros posts, incluso podría hacer una segunda parte de este post), pero terminaré esta breve entrada mencionando cuatro estudios sobre la manifestación del doble -incluidos algunos que use muchísimo para esta publicación-.
En primer lugar Figures du double dans les littératures eu-ropéennes (2001) de Gérard Conio, una obra colectiva que recopila estudios del doble en la literatura alemana, rusa, polaca y rumana. En segundo lugar la tesis doctoral de Rebeca Martín, Las manifestaciones del doble en la narrativa breve española contemporánea (2006). También el estudio Narciso y el doble en la literatura fantástica victoriana (1998) de Antonio Ballesteros. Y, como extra sobre el doble en el cine El tema del doble en el cine como manifestación del imaginario audiovisual del sujeto moderno (2002) por Stella Maris Poggian.
Y cierro este post con una ilustración de tinta hecha por Dante Gabriel Rossetti titulada How they met themselves.
Gracias por leer esta lluvia de información tan vaga y desordenada. Gracias.


Fuentes:
Las manifestaciones del doble en la narrativa breve española contemporánea, Rebeca Martín http://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/4876/rml1de1.pdf, 2006.
Figuras y significaciones del mito del doble en la literatura: teorías explicativas, Juan Herrero Cecilia http://www.redalyc.org/html/808/80820893002/
Doble del doble, José María Merino, http://www.revistadelibros.com/articulos/el-tema-del-doble-en-el-cuento, 2008.
Gótico alemán: Ewers y las dualidades peligrosas, José Ricardo Chaves, http://ru.ffyl.unam.mx/bitstream/handle/10391/4241/06_ALM_17_2012_Chaves_95-105.pdf?sequence=1, 2012.

martes, 10 de octubre de 2017

El día que lleguen e invadan los glaucos y las nereidas de Henry Justice Ford.


En el mes de enero de este año publiqué un post llamado Los demonios y colores de Michael Pacher, ya que siendo Pacher uno de mis pintores favoritos, quería dedicarle un post entero a él. Y he decidido hacer esta clase de publicaciones con más pintores de mi gusto y complacencia, y además siempre tratando de mencionar artistas no lo suficiente conocidos, como en este caso sería H.R. Ford.
Henry J. Ford fue un ilustrador y pintor inglés del art-nouveau (modernismo). Ganó reconocimiento gracias al haber ilustrado a color los 12 libros de cuentos de hadas por Andrew Lang. Su periodo de actividad como ilustrador y pintor fue de 1886 hasta los tardíos 1920s.
Las ideas representadas en sus ilustraciones pudieron haber sido completamente fruto de las lecturas y escritos en los que estaba trabajando, pero su manera de llevarlas a cabo se me hace fascinante. Fijaos en los detalles, en los escenarios, en los rostros de los personajes. Uno de los mejores ilustradores que haya conocido.