domingo, 23 de julio de 2017

Así en la tierra como en el Infierno, o así en Loisitschek como en la habitación sin salida.

Alfred Kubin

«[...] Luego me encogí en el rincón opuesto y sentí mi piel calentarse lentamente, muy lentamente. Sólo la impresión de tener un esqueleto de hielo no desaparecía. Sin moverme, permanecí hecho un ovillo, dejando que mi mirada vagara por la habitación: la carta que primero el Fou— había llamado mi atención yacía aún en medio del reguero de luz.
No podía apartar de ella la mirada.
Parecía, según lo que podía reconocer desde lejos, pintada torpemente a la acuarela por una mano infantil, y representaba la letra hebrea aleph, bajo la forma de un hombre vestido a la antigua, la barba puntiaguda entrecana y corta y el brazo izquierdo levantado, mientras que el derecho señalando hacia abajo.
Una sospecha se despertó confusamente en mí. ¿El rostro de ese personaje no se parecía extrañamente al mío? La barba... no era precisamente la de un Fou... Me arrastré hasta la carta y la arrojé al rincón, con el resto de los trastos, para librarme de esa visión angustiante.»

Gustav Meyrink, "Der Golem"

No hay libro como este que me haya dado tanta inspiración para ilustraciones... ¿porqué no pueden existir más novelas como ésta? Mi carta del tarot preferida solía ser el Fou. Ahora me veré a mí misma en la carta.

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