Hans Memling
Finalmente me he decidido a seguir con las "series" de alquimia y hermetismo. Eh, milagro.
Ya sabéis, las creencias herméticas o en torno a Hermes Trimegistro, mitología y demás me flipan. Así que tomé el tema del Sitra Ahra y agregué un poquillo sobre la Cábala y sus sefirots para no dejar tan incompleto el tópico. Umberto Eco con El Péndulo de Foucault tiene influencia en este post. Decidí también hacer este post porque próximamente haré un "tríptico" en acuarela al que llamaré "Sefirot, Qlifot y Thot", y podéis encontrar unos bocetos preliminares en mi Instagram. Oh, e igual hice una ilustración hace unos ocho meses a la que nombré "Sitra Ahra", pero, tan gilipollas yo, anoté en los campos de las sefirot las sefirot del Árbol de la Vida en lugar de las sefirot del Árbol de la Muerte (las Qlifot); se suponía que fuesen las Qlifot, pero qué tonta.
Sobre el Árbol de la Vida o el Sitra de-Kedusha
El origen a todo lo existente es gracias a las diez esferas o emanaciones divinas del Árbol Sefirótico. Éstas esferas espirituales están conectadas por veintidós senderos o, en otra representación, en veintidós letras del alfabeto hebreo; por esta razón se cree que estudiando el idioma hebreo, se puede conseguir llegar a la iluminación.
He aquí los nombres de las diez emanaciones:
Kéter (La corona.)Jojmá (La sabiduría).
Biná (La inteligencia siempre activa).
Jesed (La misericordia y la grandeza).
Gevurá (La justicia y la fuerza).
Tiféret (La belleza).
Netsaj (La victoria de la vida sobre la muerte).
Hod (La eternidad del ser, la gloria).
Yesod (El fundamento y la generación).
Maljut (El reino y el principio de las formas).
Y los nombres de los veintidós senderos:
Aleph, Beth, Gimel, Daleth, Heh, Vav, Zayin, Cheth, Teth, Yod, Kaph, Lamed, Mem, Nun, Samej, Ayin, Peh, Tzaddik, Qoph, Reish, Shin, Tav.
Las diez sefirots se agrupan en cinco estados de la naturaleza: inanimado, vegetativo, animado, hablante y creador. Las sefirots son una estructura integral presente en cada ser humano y su anhelo de recibir placer.
«Diotallevi nos hablaría a menudo del cabalismo tardío de Isaac Luria, en el que se perdía la
ordenada articulación de las sefirot. La creación, decía, es un proceso de inspiración y
espiración divinas, como un hálito ansioso o la acción de unos fuelles.
—El Gran Asma de Dios —glosaba Belbo.
—Ponte tú a crear de la nada. Es algo que se hace una sola vez en la vida. Para soplar el
mundo, como se sopla una ampolla de vidrio, Dios necesita contraerse sobre si mismo, para
tomar aliento, y después emite el largo silbo luminoso de las diez sefirot.
—¿Silbo o luz?—Dios sopla y se hizo la luz.
—Multimedia.
—Pero es necesario que las luces de las sefirot sean recogidas en recipientes capaces de
soportar su esplendor. Las vasijas destinadas a recibir a Keter, Hokmah y Binah soportaron
su fulgor, mientras que en el caso de las sefirot inferiores, de Hesed a Yesod, luz y aliento se
expandieron de un solo golpe y con demasiada fuerza, y las vasijas se rompieron. Los
fragmentos de la luz se dispersaron por el universo, y así nació la materia ordinaria.»
Sobre el Árbol de la Muerte/del conocimiento o el Sitra Ahra y sus Qlifot
El Sitra Ahra o el otro lado sería la contraparte del Sitra de-Kedusha, y éste cuenta con las Qlifot, cáscaras malignas e impuras representantes de las esferas espirituales en negativo. Estas cáscaras están conectadas entre sí por veintidós túneles.
He aquí los nombres de las diez cáscaras:
Taumiel
Jaigidel
Satariel
Gamjikot
Golajab
Tagirion
A'arab Zaraq
Adramelej, también llamado Samael que significa "Desolación de Dios" o "La Mano Izquierda".
Gamaliel
Nehemot
Estas diez emanaciones negativas poseen grados igual que las sefirot de la Shejiná (La presencia de Dios), pero en negativo o a la inversa, así siendo que, a medida que descienden de grado, aumenta su oscuridad e impureza. Taumiel y Jaigidel sólo representan la ausencia de organización y de forma visible. Satariel es el borde o inicio de la oscuridad. Las otras siete están habitadas por los demonios que simbolizan la encarnación de los vicios humanos y la tortura. El príncipe de éstos es Samael, el ángel de la intoxicación y de la muerte. Su esposa es Lillith, quien en creencias hebreas y judías, fue la primera mujer de la creación. Negando el acto sexual a Adán, Lillith se marchó a procrear seres demoníacos con otros seres. Y junto a estos dos personajes se les une una bestia, para así formar la falsa trinidad.
He aquí los nombres de las diez cáscaras:
Taumiel
Jaigidel
Satariel
Gamjikot
Golajab
Tagirion
A'arab Zaraq
Adramelej, también llamado Samael que significa "Desolación de Dios" o "La Mano Izquierda".
Gamaliel
Nehemot
Estas diez emanaciones negativas poseen grados igual que las sefirot de la Shejiná (La presencia de Dios), pero en negativo o a la inversa, así siendo que, a medida que descienden de grado, aumenta su oscuridad e impureza. Taumiel y Jaigidel sólo representan la ausencia de organización y de forma visible. Satariel es el borde o inicio de la oscuridad. Las otras siete están habitadas por los demonios que simbolizan la encarnación de los vicios humanos y la tortura. El príncipe de éstos es Samael, el ángel de la intoxicación y de la muerte. Su esposa es Lillith, quien en creencias hebreas y judías, fue la primera mujer de la creación. Negando el acto sexual a Adán, Lillith se marchó a procrear seres demoníacos con otros seres. Y junto a estos dos personajes se les une una bestia, para así formar la falsa trinidad.
Un breve resumen sobre qué es la Cábala.
La Cábala es una tradición esotérica empleada principalmente en el ocultismo occidental. Entre sus orígenes se encuentran la filosofía pagana europea, raíces griegas, conexiones gnósticas, alquimia egipcia, mitología y creencias antiguas.
La Cábala Judía y la Cábala Cristiana se centran en el Árbol de la Vida, mientras que los grupos ocultistas, como la Cábala Hermética, la Cábala Qlifótica y La orden del Dragón Rojo estudian y se centran en el Sitra Ahra.
La Cábala se subdivide en dos clases: dogmática (real) o artificial (simbólica).
El propósito de la Cábala dogmática es dar una explicación a los sentidos ocultos de ciertas palabras de la Biblia, y cuenta con dos clases de doctrinas:
La doctrina de la Merkabá, la cual trata del mundo supralunar (de la teología y la metafísica)
La doctrina de Bereshit, la cual trata del mundo sublunar (el de los fenómenos)
En la Cábala artificial se emplean ciertas reglas hermenéuticas para obtener el sentido oculto de los escritos de la Biblia; se colocan verticalmente, encimadas una sobre otra, las palabras de versículos varios de la Sagrada Escritura. Al leer las letras verticalmente, salen a relucir nuevas palabras. Estas palabras se disponen en forma de cuadro para poder ser leídas verticalmente o en bustrófedon. Posteriormente a estas palabras se les junta completamente, se les mezcla, se les separa de nuevo y así constantemente. La lectura cabalística artificial hace uso de tres mecanismos analíticos básicos:
la gematría, el notaricón y la temurá.
En el método de la gematría se considera el valor numérico de la palabra o palabras que conforman el texto, cuyo sentido se indaga y que resultará el de otra palabra extraña cuyas letras sumen el mismo valor numérico.
El método del notaricón consiste en juntar, a manera de acróstico, las letras iniciales y las finales de las palabras de un enunciado cuyo sentido quiera interpretarse para descubrirlo con la palabra resultante.
El método del temurá consiste en hallar un nuevo sentido a una palabra trasponiendo las letras que le compone, o separándolas de manera que resulte formando diferentes palabras, sería un procedimiento anagramático. El temurá es prácticamente la permutación de letras al modo de un anagrama.
La Cábala se subdivide en dos clases: dogmática (real) o artificial (simbólica).
El propósito de la Cábala dogmática es dar una explicación a los sentidos ocultos de ciertas palabras de la Biblia, y cuenta con dos clases de doctrinas:
La doctrina de la Merkabá, la cual trata del mundo supralunar (de la teología y la metafísica)
La doctrina de Bereshit, la cual trata del mundo sublunar (el de los fenómenos)
En la Cábala artificial se emplean ciertas reglas hermenéuticas para obtener el sentido oculto de los escritos de la Biblia; se colocan verticalmente, encimadas una sobre otra, las palabras de versículos varios de la Sagrada Escritura. Al leer las letras verticalmente, salen a relucir nuevas palabras. Estas palabras se disponen en forma de cuadro para poder ser leídas verticalmente o en bustrófedon. Posteriormente a estas palabras se les junta completamente, se les mezcla, se les separa de nuevo y así constantemente. La lectura cabalística artificial hace uso de tres mecanismos analíticos básicos:
la gematría, el notaricón y la temurá.
En el método de la gematría se considera el valor numérico de la palabra o palabras que conforman el texto, cuyo sentido se indaga y que resultará el de otra palabra extraña cuyas letras sumen el mismo valor numérico.
El método del notaricón consiste en juntar, a manera de acróstico, las letras iniciales y las finales de las palabras de un enunciado cuyo sentido quiera interpretarse para descubrirlo con la palabra resultante.
El método del temurá consiste en hallar un nuevo sentido a una palabra trasponiendo las letras que le compone, o separándolas de manera que resulte formando diferentes palabras, sería un procedimiento anagramático. El temurá es prácticamente la permutación de letras al modo de un anagrama.
«Ahora sé cuál es la Ley del Reino, de la pobre, desesperada, desharrapada Malkut en que ha
ido a exiliarse la Sabiduría, buscando a tientas su lucidez perdida. La verdad de Malkut, la
única verdad que brilla en la noche de las sefirot, consiste en que la Sabiduría descubre su
desnudez en Malkut, y descubre que su misterio consiste en no ser, aunque sólo sea por un
momento, que es el último. Después vuelven a empezar los Otros.»
Fuentes:
Puri, El otro lado: Sitra Ahra, http://puri-aprendiendovida.blogspot.mx/2012/02/el-otro-lado-sitra-ahra.html, 2012.
Puri, El otro lado: Sitra Ahra, http://puri-aprendiendovida.blogspot.mx/2012/02/el-otro-lado-sitra-ahra.html, 2012.
Todas las citas sacadas de "El Péndulo de Foucault" de Umberto Eco, Editorial Lumen.

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