martes, 15 de agosto de 2017

Los cuentos tristes y sexuales de Irvine sobre el establecimiento de agenda.

 Jan Provoost

«[...]
Se detuvo, viendo reflejado en mis ojos su creciente ridículo. «Escucha, Brian. Sé que crees que eres una especie de superradical y que yo soy una especie de cerdo fascista reaccionario. Pues tengo noticias para ti: soy un socialista, un sindicalista. Sé que tu sólo me ves como una figura trajeada del establishment, pero si los Tories se salieran con la suya, habría chavalines bajando a las minas. Soy tan antiestablishment como tú, Brian. Sí, soy propietario de mi hogar. Sí, vivo en una buena zona. Sí, estoy casado y tengo dos hijos. Me voy de vacaciones al extranjero dos veces al año y conduzco un coche caro. Pero soy tan antiestablishment como tú, Brian. Creo en los servicios públicos, en que la gente es lo primero. Para mí es algo más que un cliché. Para mí, estar en contra del establishment no consiste en vestirse como un vagabundo, tomar drogas y asistir a esas juergas con drogas incluidas. Ésa es la salida fácil. Eso es lo que quiere la gente que controla las cosas; que la gente no participe, que tome el camino fácil. Para mí supone llamar a las puertas de la gente en una tarde fría, y asistir a mítines en el hall de un colegio para que vuelvan los laboristas y se vayan Mayor y su pandilla.»
«Ya...»
Este tipo hace que la palabra gilipollas esté de más.»

Irvine Welsh, "Acid House"

Cuentitos de Welsh. Nunca había leído historias cortas escritas por él. Y, como siempre, no me decepcionó. Crudo, realista y satírico. ¿Qué más puedes pedir? Hubo historias con las que no me clavaba mucho, pero otras... hostias. Principalmente la "mini novela" de al último Un Listillo. No me peguéis por lo que escribiré a continuación si es que difieren en su punto de vista: la obra de Welsh se me figura una mezcolanza entre el análisis mental al ser humano como el que hace Milan Kundera a sus personajes y las hazañas e historias sobre fracasos y adicciones como las de Bukowski. Ya no puedo escribir más, me están carcomiendo los mosquitos. Ha det, leed a Welsh. Os lo recomiendo.

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