jueves, 4 de enero de 2018

Unas citas sobre lo Kitsch, o un réquiem por una sociedad sobresaliente.

Mark Ryden

«No hay kitsch, como dicen los pintores, suficientemente infame que no arranque lágrimas de la muchedumbre, mendaz hasta la médula, ¡y que no le llegue al corazón! ¿Cree que, de no ser así, no se habría acabado con todos los teatros hace ya mucho tiempo? Se reconoce al populacho por su sentimentalismo. Miles de pobres diablos pueden morirse de hambre y nadie llora, pero si a un viejo cabestro pintarrajeado, disfrazado de menegilda, le dan vueltas los ojos en escena, entonces los espectadores lloran como becerros.» 
Gustav Meynrik "El Golem", 1914.


«El kitsch o cursilería es lo bello menos su contraparte fea. Portanto el kitsch, la belleza purificada, se vuelve vulnerable a un tabú estético que en nombre de la belleza, declara al kitsch como feo. El kitsch es una parodia de dicha catarsis, donde se vuelve imposible trazar una linea entre lo que es verdadera ficción estética (arte) y lo que es meramente basura sentimental (kitsch).»
Theodor Adorno.

«En el trasfondo de toda fe, religiosa o política, está el primer capítulo del Génesis, del que se desprende que el mundo fue creado correctamente. . . . A esta fé la llamamos acuerdo categórico con el ser. … El desacuerdo con la mierda es metafísico. El momento de la defecación es una demostración cotidiana de lo inaceptable de la creación. Una de dos: o la mierda es aceptable (¡y entonces no cerremos la puerta del baño!), o hemos sido creados de manera inaceptable. De esta manera se desprende que el ideal estético del acuerdo categórico con el ser es un mundo donde la mierda es negada y todos se comportan como si no existiese. Este ideal estético se llama kitsch. . . . kitsch es la negación absoluta de la mierda; en sentido literal y figurativo. El Kitsch elimina desde su punto de vista todo lo que en la existencia humana pudiera considerarse inaceptable.» 
Milan Kundera, "La insoportable levedad del Ser", 1984.

«El Kitsch provoca dos lágrimas de emoción, una inmediatamente después de la otra. La primera lágrima dice: ‘¡Qué hermoso, los niños corren por el césped!’. La segunda lágrima dice: ‘¡Qué hermoso es estar emocionado junto con toda la humanidad al ver a los niños corriendo por el césped!’. Es la segunda lágrima la que convierte al kitsch en kitsch. La hermandad de todos los hombres del mundo sólo podrá edificarse sobre el kitsch.»
Milan Kundera, "La insoportable levedad del Ser", 1984.

«El Kitsch es pretensión, pero no toda pretensión es kitsch. El kitsch pide que uno sea parte del juego. En el verdadero kitsch lo que es imitado no puede ser imitado. De esta manera la pretensión es mutua. Se es cómplice a sabiendas. Lo opuesto al Kitsch no es sofisticación sino inocencia. El kitsch es arte pretendiendo tener un significado. Y uno, al aceptarlo, está pretendiendo sentirlo y entenderlo. Por lo tanto el kitsch se basa en clichés y códigos que que convierten las emociones en una forma pre-digerida –la forma que puede ser imitada más fácilmente. Igual que comida procesada, el kitsch evita todo tipo de energía en el organismo que demande algo de moral. De esta manera pasa de comida chatarra a ser mierda, sin requerir una sola pizca de nutrientes.» 
Roger Scruton, 1999.

«...es kitsch aquello que se nos parece como algo consumido; que llega a las masas o al público medio porque ha sido consumido; y que se consume (y, en consecuencia, se depaupera) precisamente porque el uso a que ha estado sometido por un gran número de consumidores ha acelerado e intensificado su desgaste.»
Umberto Eco, "Apocalípticos e integrados", 1964.

Fuentes:
http://www.fvallejo.com/downloads/kitsch.pdf

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