martes, 24 de marzo de 2020

Una selección terriblemente aleatoria de seis cuentos que os recomiendo con todo mi corazón.

Rembrandt

Comencé este post inicialmente en 2018, a mediados del año. Y como en la actualidad tengo mil cosas en la cabeza, me he decidido continuar con mis posts antiguos, en lo que organizo a la Caterina del presente 2020. Además me está sucediendo la chuche esta del covid-19, así que en mi casa encerrada me encuentro. 
Completé esta lista abandonada, mantuve los tres libros que numeré en el 2018, y aquí estamos. 
Tres de los relatos que les estoy colocando aquí, los considero muy absurdos, producto de la desesperación. Lo cual a mí me gusta mucho. Otro relato, mas onírico y sanguinario. Y los otros dos, son más bien del género de terror. Estas son más bien opiniones, anotaciones de estos pequeños textos. 
Les dejaré links para que puedan leérselos en esta endemoniada cuarentena.

1. Siete pisos de Dino Buzzati.
Giuseppe Corte, el protagonista, nada enfermo, de este extravagante relato, decide un día internarse en un famoso hospital que cuenta con siete pisos. Cada piso tiene una función distinta, por ejemplo, el primer piso es para los que tienen una gripita insignificante. Los del tercer piso, serían los que ya están enfermos, pero nada para alarmarse. Los del quinto piso, son los que están muy graves, para atenderlos con urgencia. Y ya se imaginarán el séptimo y último piso. Pero, Giuseppe pertenece, obviamente, al primer piso Incluso, Giuseppe Corte se llama a sí mismo como hipocondríaco. Por lo cual el exige quedarse en el piso de hasta arriba. Pero por fallas del sistema, lo bajan al segundo piso, con alguna razón -o excusa-, que se le hace absurda o exagerada a Giuseppe, pero dándole la esperanza que le dejen en la segunda planta. Y así procede el relato. Que no puedo contar más porque sería mal de mi parte. El libro donde viene este relato es el publicado por Atalanta, 'Setenta relatos'.

2. El regreso del brujo de Clark Ashton Smith.
Este relato lo leí hace mucho, en 2018, así que no recuerdo gran cosa, pero sí recuerdo que me gustó. Trata de un chavalillo que, sin trabajo inicialmente, consigue uno de secretario en una casa, para un tal John Carnby. Éste le pide que se vaya a vivir con él, pues lo necesitará día y noche. Principalmente noche. La labor de Ogden, quien es nuestro secretario, sobretodo ocurrirá en el estudio del señor Carnby, el cual es -tal cual- un estudio de un brujo, llevo de esqueletos, cráneos, libros de demonología y artes negras. Esto provocándole un poco de terror a Ogden. La labor principal de Ogden, era traducir del árabe al inglés la obra de Adbul Alhazred, El Necronomicón, ya que la versión ya traducida por Olaus Wormius, le parecía a Carnby incompleta y con errores. Y, a partir de que comienza Ogden a traducirle el libro a Carnby, comienzan a escuchar ruidos y a pasar sucesos extraños y tétricos. Me leí este cuento en la edición de Bruguera de Relatos de los mitos de Cthulhu, volumen I, que tenía mi novio abandonada en su antigua casa.

3. Un médico rural de Franz Kafka.
Extrañísimo relato del cual no puedo contar mucho, porque es mejor ustedes vayan a leerlo. Es chiquitito, no les tomará más de 10 minutos.
Pero, como premisa, trata de un médico que tiene que ir a atender a un enfermo, pero se encuentra sin caballos para que lo lleven hasta donde vive éste. Una serie de eventos extraños le llevan un par de caballos, y por fin puede llegar con el enfermo.
La dualidad de muchos objetos y acontecimientos a lo largo del relato, lo hacen una lectura súper alucinante. Te deja pensando qué demonios acababa de pasar.

4. Los perros de Tíndalos de Frank Belknap Long.
Las esquinas son el meollo de todo el relato. Sí, las esquinas.
El protagonista de este relato descubre que unos seres, llamados Los perros de Tíndalos, habitan en los ángulos del tiempo, mientras que nosotros, seres orgánicos, habitamos en las curvaturas. Los perros de Tíndalos existen en la Cuarta Dimensión, pero se pueden manifestar en nuestro plano físico, pero solo en los rincones de dicho, creando un portal interdimensional.
El problema que sufre el protagonista es que sin querer ve a unos de éstos, y, si tú los ves a ellos, ellos te ven a tí. El relato va así, y nuestro querido protagonista se ve inmerso en la angustia de que los Perros vayan por él. Como pertenece a los Relatos de los mitos de Cthulhu Vol. I, de Bruguera, pues me lo leí ahí junto a todos los demás que van en la maravillosa selección.

5. El hombre lobo de Angela Carter.
 Y, por último, no puede faltar, en un conteo de cuentos hecho por mí, mi querida y venerada Carter. Ésta tía es increíblemente genial, y todos deberíais leerla.
El relato inicia describiendo algunos pueblos de gente más que nada, bucólica. Sus costumbres, sus terribles supersticiones. Entre ellas, el temor a Satán, a los vampiros, a las brujas. Si una señora tiene sus quesos maduros antes que las demás, se le puede acusar de bruja.
Una madre envía a su hija, una Caperucita Roja, a con su abuela, para llevarle un botecito de mantequilla y unas galletas de avena. Y, sale al bosque, con un cuchillo en mano. Como hace Angela Carter con los relatos que retoma, lo retuerce haciéndolo suyo, maravilloso, extraño. Creo también se encuentra en internet el texto. Pero os recomiendo conseguir el libro ilustrado por Alejandra Acosta, publicado por Sexto Piso Ilustrado, 'La cámara sangrienta'.

6. Fin del mundo de Héctor Manjarrez.
Grotesco relato de este escritor mexicano, que sí, quería incluir a un paisano en esta selección, el texto trata de una pareja en sus últimas, con problemas amorosos y cero pasión entre los dos. El caso es que deciden salir de viaje a una playa de Nayarit, para intentar reavivar su relación, -principalmente en el aspecto sexual.- Lo que hace este relato grotesco es la descripción tan explícita de los animales e insectos que les rodean. Inicia el relato con los olores y chillidos de unos cerdos que acaban de ser chocados del trailer que los transportaba. Muchos terminan muertos, y durante todo el texto, hay una atmósfera a muerte. Se describe como truenan tarántulas con las llantas de su carro, al ir del hotel a la playa. Bueno, se dan una idea. Además, también hay una atmósfera a cachondez repulsiva por todo el relato. Honestamente, es el único texto que me ha provocado náuseas, me ha dado escalofríos. Viene en un libro que conseguí de pura suerte en una mini librería perdida, de segunda mano, medio caro. Se llama 'Ya casi no tengo rostro', del autor. Y pues, finalmente encontré algunos relatos gratis en internet, pero bueno, aquí se los dejo.

Hasta pronto.

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